miércoles, 22 de septiembre de 2010

Para gozar el mañana, hay que pelear el ahora (Benedetti)

Extractado de un articulo de Jose Arturo Val

Al que pregunta: ¿qué garantías hay de que esta huelga cambiará las cosas? responderemos con palabras de León Trostky:
"¡Pregunta miserable y filistea! En la lucha obrera no hay garantías por adelantado, no es posible hacerlo. La clase obrera trepa por los peldaños que ella misma cava en el granito. Algunas veces retrocede unos cuantos pasos, otras el enemigo dinamita los peldaños que ya han sido cavados, otras se desmoronan porque el material es de mala calidad. Después de cada caída hay que levantarse, después de cada retroceso hay que avanzar, cada escalón destruido debe ser reemplazado por otros dos nuevos..." .
La reforma laboral facilita y abarata el despido, especialmente de los contratos indefinidos, da mas poder a la patronal en la gestión interna de la organización del trabajo en las empresas, facilita el descuelgue de acuerdos salariales pactados, empeora las fórmulas para contratar jóvenes, y debilita los servicios públicos de empleo a favor de empresas privadas.
Llueve sobre mojado, porque antes redujeron el gasto social a costa de los mas débiles; pensionistas, personas dependientes y trabajadores, aumentaron los impuestos indirectos, que no dependen del nivel de renta, y subieron el precio de la luz, agua, gas o teléfono.
Y aún falta lo peor, la reforma del sistema de pensiones o el copago en sanidad y educación.

La capitulación de los dirigentes del PSOE ante los intereses de las grandes corporaciones transnacionales, especialmente las financieras y de seguros, ha sido total, y convierte la respuesta obrera en imprescindible.
El salario no cobrado por la huelga no sólo no se pierde sino que es una inversión para un presente y un futuro dignos.
Esta frase de Ghandi revela con crudeza el dilema para la clase trabajadora:

"Mañana tal vez tengamos que sentarnos frente a nuestros hijos
y decirles que fuimos derrotados.
Pero no podremos mirarlos a los ojos
y decirles que viven así porque no nos animamos a pelear”.
Luchar o claudicar,
esa es la cuestión.